En mi retiro de oscuridad
en el lentísimo desliz
del nudo frío de la noche
he puesto en mi boca tu recuerdo
sin poderte pensar
lancé luces grises y amargas
y anduve en las cansadas calles
consumiendo el breve fuego
el efecto nocivo de estar vivo
y extrañándote, creo.
Mis zapatos decían que no estabas lejos
y de la memoria la ceniza decía
que no estabas
quise encender otra idea
mas el humo nada dijo
es tiempo de sequía en mi cerebro
no puedo pensarte, analizar ni deconstruirte
y mi boca señala la cajetilla
el paliativo, insiste
¿qué será la vida
sino el placebo de la muerte?
pregunta mi corazón
al sordo oído nocturno
y mis ojos tiran
una última colilla.
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