23 abr 2014

Graduación

Antes no distinguía bien el verde
respiraba a ciegas frente al espejo
y pareciera que una mano fiable
puso en mis ojos precisas dioptrías
cuando bautizaste adánicamente
al aire alimonado como cedro
y a la piel erizada entre mis yemas
le llamaste eucalipto y enseguida
trasladaste un bosque entero de nombres
como una generación de fractales
se reunieron palabras y sentidos
incluso inesperadas y de ese modo
redescubrieron mis ojos el verde
de este mundo de semillas y espejos.