para N. y Y.
(¿New York?)
Una de los trabajos más absurdos que realiza un universitario para titularse es una tesis. ¿Cuál es el sentido de enfrentarse a un ciento de hojas en blanco y a otro ciento de libros llenos de referencias que a nadie importan?
No lo sé pero ya me comprometí para hacer una sobre Guillermo Fadanelli. No he podido explicar muy bien de qué se trata a ninguna persona. Quizás sea algo demasiado sencillo. Resulta que intuyo que si se pone una lupa sobre la identidad del narrador en las novelas de Fadanelli se descubrirá una visión compasiva. Yo no estoy seguro de esa tesis, pero con unas buenas dosis de retórica académica se puede demostrar cualquier cosa.
Sin embargo, en verdad me intereso en que Fadanelli tenga lectores y estos tengan algunas claves sobre su obra. Por eso me gustaría hacer una tesis alternativa, una relajada, una más fácil en la que trate los mismos temas, pero sin pedanterías propias de la academia, más bien con puras pedanterías exclusivamente mías.
En esta tesis lo primero que hay que saber es quién diablos es Fadanelli. Un tipo nacido en 1960 seguramente, quizá el 14 de noviembre, por lo tanto, es escorpión y hay que tener mucho cuidado de él. Porque, como todo el mundo sabe, los escorpiones son taimados y venenosos manipuladores. A pesar de ser personas que pueden presumir de autocontrol, son obstinadas, interesadas y cínicas. Tienen asombrosa capacidad para el análisis de la psique ajena y se aprovechan de ello para sus perversidades. Dicen cosas por decir, mienten con tal brutalidad que es fácil creerles. Por eso creo que se asocian con este signo la psicología, la ciencia forense, la investigación policiaca y el arte de los negocios, que es el arte de las mentiras.
En el escorpio hay una mirada escrutadora digna de cualquier detective privado. Todos los nacidos bajo este signo tienen gran disposición a imaginarse e imputar crímenes que uno jamás hubiera pensado cometer. Aunque no sean investigadores de profesión, lo son de afición o, al menos, leen a Agatha Christie. Casi se debiera recomendar que si uno encuentra a un escorpión debe huir de inmediato. Pero se sabe que pese a sus reservas son gente simpática, sensible, aunque no cálida, y uno aprende mucho en su compañía.
Al afán de los escorpiones de imaginarse motivaciones turbias en el otro, lo he llamado: Malicia Narrativa. Quizá algún día hable de eso. Por lo pronto me parece mucho más revelador el horóscopo.
Pelé fue escorpión. Lo cual quiere decir que todos los escorpiones tienen intereses y habilidades futbolísticas. Fadanelli las tuvo pero bastante dañadas, al grado de que en su infancia había en su cuarto colgado un banderín del Cruz Azul. Después de esa traumática niñez debemos entender que él jamás haya podido filosofar como Dios manda.
Ramón del Valle Inclán y Carlos Fuentes también son escorpiones. Por lo cual podemos tener por cierto que este signo es muy contradictorio en lo que respecta a las destrezas literarias, ¿cómo explicar a un escritor tan bueno como Valle Inclán y a otro tan malo como Fuentes? Un misterio.
No lo sé pero ya me comprometí para hacer una sobre Guillermo Fadanelli. No he podido explicar muy bien de qué se trata a ninguna persona. Quizás sea algo demasiado sencillo. Resulta que intuyo que si se pone una lupa sobre la identidad del narrador en las novelas de Fadanelli se descubrirá una visión compasiva. Yo no estoy seguro de esa tesis, pero con unas buenas dosis de retórica académica se puede demostrar cualquier cosa.
Sin embargo, en verdad me intereso en que Fadanelli tenga lectores y estos tengan algunas claves sobre su obra. Por eso me gustaría hacer una tesis alternativa, una relajada, una más fácil en la que trate los mismos temas, pero sin pedanterías propias de la academia, más bien con puras pedanterías exclusivamente mías.
En esta tesis lo primero que hay que saber es quién diablos es Fadanelli. Un tipo nacido en 1960 seguramente, quizá el 14 de noviembre, por lo tanto, es escorpión y hay que tener mucho cuidado de él. Porque, como todo el mundo sabe, los escorpiones son taimados y venenosos manipuladores. A pesar de ser personas que pueden presumir de autocontrol, son obstinadas, interesadas y cínicas. Tienen asombrosa capacidad para el análisis de la psique ajena y se aprovechan de ello para sus perversidades. Dicen cosas por decir, mienten con tal brutalidad que es fácil creerles. Por eso creo que se asocian con este signo la psicología, la ciencia forense, la investigación policiaca y el arte de los negocios, que es el arte de las mentiras.
En el escorpio hay una mirada escrutadora digna de cualquier detective privado. Todos los nacidos bajo este signo tienen gran disposición a imaginarse e imputar crímenes que uno jamás hubiera pensado cometer. Aunque no sean investigadores de profesión, lo son de afición o, al menos, leen a Agatha Christie. Casi se debiera recomendar que si uno encuentra a un escorpión debe huir de inmediato. Pero se sabe que pese a sus reservas son gente simpática, sensible, aunque no cálida, y uno aprende mucho en su compañía.
Al afán de los escorpiones de imaginarse motivaciones turbias en el otro, lo he llamado: Malicia Narrativa. Quizá algún día hable de eso. Por lo pronto me parece mucho más revelador el horóscopo.
Pelé fue escorpión. Lo cual quiere decir que todos los escorpiones tienen intereses y habilidades futbolísticas. Fadanelli las tuvo pero bastante dañadas, al grado de que en su infancia había en su cuarto colgado un banderín del Cruz Azul. Después de esa traumática niñez debemos entender que él jamás haya podido filosofar como Dios manda.
Ramón del Valle Inclán y Carlos Fuentes también son escorpiones. Por lo cual podemos tener por cierto que este signo es muy contradictorio en lo que respecta a las destrezas literarias, ¿cómo explicar a un escritor tan bueno como Valle Inclán y a otro tan malo como Fuentes? Un misterio.
4 comentarios:
me quedé con medios comentarios... pueden ser así; somos así?
estaría bien leer u oír tus medios comentarios... ¿propios de la cautela del escorpión?
A mí me gustaría saber de qué signo era el que inventó los horóscopos...
en fin, no sé si son o pueden ser así, pero siempre me han caído bien, a pesar de que casi mencioné sólo las características negativas...
Antonio, yo soy escorpión y la descripción de nosotros es enfermamente exacta.
Y valerse de las superticiones para analizar a un escritor es un recurso literario-demencial que te celebro.
Jamás se me había ocurrido pensar en el signo del inventor de los horóscopos... como de costumbre tu narrativa es pulida y sustanciosa y es un placer leerte.
Y que conste que todos los Leo que he tratado han sido bien hijos de puta conmigo. Pero ... una vez ...
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Entonces ¡vayámonos embarucando con otras irrealidades, con otras lecturas del vacío!
¡Inventemos otra astrología y dejemos que las nuevas estrellas se llenen de nuestra basura personalísima e instrascendente!
--- estos excesos verbales anteriores son clásicos escorpionismos y no ofrezco disculpas.
Chingá.
No sé si sea consuelo, pero si todos los leos que has conocido han sido hijos de puta contigo, yo pienso que no ha sido personal, sino una cuestión de naturaleza.
Me gusta lo de otras lecturas del vacío. Detrás de la seriedad está muchas veces el vacío, en cambio, detrás de la risa, creo, sólo están las anginas.
Me agradan y te agradezco tus excesos verbales...
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