El problema de la ironía es que es demasiado congruente consigo misma.
El existencialismo no puede ser una filosofía seria porque jamás se planteó a profundidad una fenomenología del último cigarrillo.
La realidad es sólo un medio para evadirse de la literatura.
Después de cuatro mudanzas, en menos de un año, no me cabe duda de que la literatura portátil es una de las más crueles invenciones de los literatos.
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