Una casa es mi infancia
solitaria entre la blanca
figuración de nieve
y árboles con frío
casi con temblores azules
casi con rejas que se desmayan
con carraspeos de viento
casi y no es sino un cuadro
que imagino cuando miro
el cuadro que en verdad existe
en el departamento despeñado
vacío ya de mi perdida abuela.
Tal pintura conserva
mi mirada aún de infante
la timidez propia del asombro
y el estremecimiento primero del invierno
mas siento
una sensación escarchada
de andar cargando en el aliento
un viejo aliento de vejez
resiento el gris cansancio
de nubarrones contenidos
la opaca desidia
de envejecidas cumbres
y no sé si es cuando miro
esa pintura que pienso mi infancia
o si cuando ella me mira yo soy
de muchos años
una nevada casa.
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