4 ene 2008

Mester de bloguería

Un grafómano tiene más deseos de ser leído que de complacer al lector. Es una especie de eyaculador precoz en el ámbito literario. Su impaciencia por escribir lo vuelve desaliñado, convencional, quizá aburrido. Pero no necesariamente.
Un escritor verdadero está obsesionado con la escritura, con la creación artística, con la trascendencia y con la tranquilidad metafísica que sobreviene luego de realizar un buen texto. Procura tener gracia, pule detalles, busca una voz propia. Pero no necesariamente.
La frontera entre escritura y grafomanía es dudosa. La única diferencia válida, para mí, reside en el talento, porque por más pulimento que dé a sus obras, un grafómano lo será siempre, mientras que un escritor puede darse el lujo de ser un sinvergüenza con la ortografía y un perdulario con la sintaxis.
Y no es fácil determinar cómo escribir adecuadamente. Yo desconfío mucho de esos recetarios para ser cuentista o novelista o poeta. Siento que son engañabobos, al igual que una bárbara cantidad de talleres literarios. ¿Si los talleristas saben tanto sobre cómo hacer literatura por qué no la hacen?
Por supuesto que debe haber talleres literarios interesantes, satisfactorios para quien asista a ellos. Yo aprendí algunas cosas en un par que tomé. Mas, lo cierto es que uno aprende a solas a escribir o no aprende nunca.
En este mundillo de los blogs, abundan los grafómanos y escasean los escritores. Yo no tengo ningún reparo en incluirme como practicante de la grafomanía. Aun cuando me interesa manifestar un poco de pudor al momento de publicar. No seré Rulfo, pero tampoco un indecoroso chupatintas.
Tal vez en estos tiempos asistamos a una nueva formación de literatos internáutas, blogeros. O acaso, como pienso en mis momentos lúcidos, estemos en una era de barbarie donde la palabra escrita está condenada, si no a muerte, sí a la miseria.
Sería bueno, de cualquier modo, forjar un mester de bloguería, intentarlo al menos, para no perder las palabras ni las historias, ni la profunda realidad que debe ser dicha con otros vocablos que no son los cotidianos, pero que son igualmente nuestros y capaces de enriquecernos la vida.

3 comentarios:

Lata dijo...

Sonzo... feliz año. ¿on tas? Andas re desaparecido.
¡Mi puerco! Tengo uno igualito, ya te lo había dicho. Creo que es tiempo de renovar mi blogspot.

Y bueno, si quieres ser leído, ya sabes donde puedes publicar, nomás te haces el loco. Además, tú eres escritor y de los buenos. Lo sabes. Siempre lo has sido. Todavía tengo tickets de súper con letras tuyas por la parte de atrás. ¿te acuerdas?
Un abrazo, querido.

Arturo Herrera dijo...

Saludos, no aplico los apelativos de tu amigo, pero pasé a leerte invitado por una amiga mutua; Balbina.
Por ahora sólo saludos después de la lectura algo más.
Felicidades por las fechas.

Antonio Rangel dijo...

Linda Lata, recuerdo lo del puerco. Tengo una propuesta que no sé si podrás rechazar para eso de Siriusfem. Y trataré de ya no desaparecerme, de hecho, cuídate de que un día no me vuelva aparecido... nos estamos leyendo, my dear.

Arturo, pues gracias por pasar, bienvenido a esta habitación, siempre.