La caída al abismo de una célula
el acercamiento sin remedio a un túnel
la evaporación constante del instante
y la manecilla cada vez más cansada
que los círculos de la sangre va agotando.
A eso, a esos filos persistentes
los medimos, los contamos
para que encerrados en un número
no nos invadan con sus puntas amargas
pero en silencio ellos invaden y golpean
en secreto a diario y con descaro
en algún día descuidado
ellos, los soldados del tiempo
ese ejército o esa cosa
que en vez de peces, arrastra vidas
y no arrastra porque no va
y no viene, no fluye, no es.
Misterioso ruido de río inmóvil
sombra siempre adherida a la vida
inasible, indefinible, impensable
sustancia hecha del más lento
y perdurable veneno
del veneno de lo fugaz
1 comentario:
Este particularmente se ajusta a la ocasión...
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