Tal vez no se pueda enseñar a escribir, ¿cómo se podría enseñar a ser sensible? Pero se pueden enseñar algunas cosas, si no a pensar, sí a organizar las ideas; si no a convencer, sí algunas artimañas retóricas; si no a ser consciente, sí a investigar, y etc.
Tengo la responsabilidad de conseguir que un puñado de personas sea capaz de redactar un ensayo de dos cuartillas para que con ello logren un certificado que les permita ganar unos cuantos pesos más. Un reto agradable.
Me gusta mucho dar clases y no creo hacerlo mal, aunque a veces me invaden las dudas. De todas las clases que doy, debo decir que enseñar a escribir, o pretender tal cosa, es la que más me gusta. Aunque pienso que sería imposible enseñar a escribir poesía, uno sólo puede dar algunos consejos, ciertas recomendaciones, pero la inspiración poética no es para todo el mundo. Creo como Nicanor Parra, que la poesía es para la inmensa minoría. Y con la prosa, el cuento y la novela ocurre algo semejante, es una cuestión de personalidad, me parece, estar inclinado a contar cosas y poseer gracia para hacerlo. Lo mismo con el teatro. Quizá sólo se puedan aprender cuestiones técnicas.
Puedo equivocarme, y puede ser que existan expertos capaces de en verdad enseñar a escribir, como sea, al menos yo me declaro incapaz para adiestrar en cuanto a la poesía y el cuento, sin embargo, considero que si todo mundo puede pensar y forjarse una opinión, todo mundo puede realizar un ensayo. Más aún, considero que yo, sin ser un ensayista certificado, puedo transmitir alguna cosilla acerca de cómo escribir ensayos.
Quiero que todos mis alumnos escriban y he pensando en ciertos temas para que lo hagan, asimismo me he comprometido conmigo mismo para escribir sobre cada uno de esos temas. Como son dos grupos, me tocaría hacer dos ensayos cada semana. El primero que haré, será acerca de la tortilla, va a ser un pequeño homenaje a Salvador Novo, que escribió un ensayo muy bonito titulado “Antología del Pan”. Vicente Molina Foix robó algo más que el título para escribir un artículo, también muy bueno, sobre el más divino y el más humano de los alimentos, universal y rival de la mexicanísima tortilla.
Ahora que lo pienso no es un tema sencillo, ¿qué podré decir sobre las tortillas? No sé, pero a falta de pan...
1 comentario:
Cuando se trata de comida (aunque este enferma) le entro. Yo me preguntaría porqué redonda y no de figuritas, por qué salada y no dulce o hablaría de ese maravilloso taquito de sal que nos dan de niños cuando la masa está aun suave y olorosa. =)
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