16 jul 2013

Gateando

Con empujones blandos
sobre mi pecho avanzaban en busca
del ausente calostro
el calor-madre que los cuidaría.
Llegaban sus pasitos
desesperadamente hasta la cueva
que formaban mis manos
y allí temblando todos se quedaban.
Sus maullidos eran pequeñas aves
y mi cuerpo, nido a medias
donde se apaciguaban los tigrillos
nada más un momento
nada más fue su vida
un quebrarse de abandono incesante
un instante de frío
hacia la muerte gateando.

No hay comentarios: