Estoy en mi casa de Mixcoac
sin ninguna preocupación
puedo mirar árboles e insectos
sin pensar más que en colores
y aromas y bellas épocas
con una esposa que cocina
con dos criadas que la ayudan
nada ni nadie me apura
salvo mi odio a los comunistas
poseo calma para garabatear
rebaños de metáforas
y aguardar el arribo de manadas
de aplausos…
Cierro el libro de Octavio. Sigo jodido.
La poesía sirve para ganar dinero solamente.
Pero no evita que yo mire
ladrillos desnudos, cemento desgajado
que sienta frío y que piense en serio
que no sé qué estoy mirando
cuando echo la mirada a los tabiques
cuando leer muros prefiero que poemas
a pesar de las muertes, las miserias,
los limos, las liras y otros tantos abandonos
yo no veo menesterosas mis paredes
veo la vida
libro que no cerraría...
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