26 jul 2008

Hoy 26 de julio: una fiesta retro para los comunistas!

En Cuba el rock está vivo. Lo digo oyendo Porno para Ricardo. Hace mucho que no escuchaba una banda que en español me hiciera creer que aún rifa el rock, que conserva su esencia subversiva, la cual no es otra cosa que la capacidad desmadrosa de vivir.
Todos sabemos que el subversivo tarde o temprano debe enfrentarse al revolucionario porque el revolucionario en el fondo es un reaccionario hipócrita, que ha tenido la desfachatez de imponer sus dogmas o de pretender imponerlos.
Por eso mismo el rockero no puede ser bien visto bajo una dictadura revolucionaria. En México Díaz Ordaz odiaba a esos greñudos estridentes. Y probablemente Gustavito, el primer junior greñudo, odiaba a su padre con rabia freudiana. En Cuba, hay que imaginar milagroso que un grupo de rock suene tan impresionantemente bien. Un poco menos sorprendente, pero no menos admirable, es que escriban letras de verdadero impacto: “Matando al padre sabremos quiénes somos y adónde iremos”, dice una rola.
¿A poco no da envidia? ¿Por qué en México tendremos grupos tan pendejos como Panda, más herederos de Magneto que de cualquier banda de rock ochentera?
Oyendo a Porno para Ricardo me dan ganas de invitar a todos aquellos compañeros que me torturaron en sus reuniones con trova cubana. ¡Me cago en Silvio Rodríguez, la trova ni siquiera es música! Que la trova haya acompañado a la revolución cubana sólo significa que para ser revolucionario hay que tener muy mal oído.
¿Recuerdan esa escena de La vida de los otros, cuando alguien menciona que Lenin tuvo miedo de escuchar a Bach porque pensaba que jamás concluiría la revolución si continuaba oyéndolo? Pues así es. No se debe confiar en ninguna ideología que no tenga suficiente sensibilidad artística. Para mí es muy claro, el que desprecia el arte está a un paso de mandar fusilar a los antisociales.
El arte nos humaniza y el rocanrol es arte a pesar de todos los grupos imbéciles que no salen de una tonada o de un estribillo para descerebrados. La izquierda en México no es rockera. Y de ahí nace la negativa a modernizar sus ideas. Además de que hace falta un esfuerzo intelectual para renovar las ideas.
¡Cuánto ganaría la izquierda si admitiera su craso error con respecto al rock! Ahora bien, yo sé que generalizo, debo admitir que hay muchos rockeros izquierdistas, pero digan lo que digan, sólo admiten la subversión contra la derecha, no la subversión generalizada.
En fin, yo no sé qué hago escribiendo estas rumias. Mejor trascribo fragmentos de rolas de Porno para Ricardo.
De Trovaovation: “yo no quiero ser como tú, compañero, que levantas la mano y aplaudes el tiempo entero, no quiero ser monigote de un rey ciego…” (¿me estás oyendo, Silvio?)
De Tan loco: “Que quieren hacer de mí otro títere a su antojo, así me he vuelto tan flaco, fumando cigarro, prendido al trabajo, sin ganas y amargado…”
De El Comandante: “El Comandante quiere que yo trabaje para ganar un salario de mierda, el Comandante quiere que yo le aplauda, después que habla su mierda delirante” (¿Cómo coño es la mierda delirante? Ah, claro, Fidel)
De Muchas putas: “Ya no quiero más telenovelas, ya no quiero más series de televisión, muchas putas lo que quiero yo, muchas putas lo que quiero yo” (No sé por qué me identifico)
De fiesta retro: “Vamos a ser una fiesta retro… y a los comunistas no los invitaremos, a los comunistas le cantamos su canción”
A diferencia de lo que dice esa rola, yo creo que el comunista sólo es concebible en una fiesta retro.

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